Iglesia rupestre de Santa Maria
Pese a ser Santa María de Valverde una aldea de apenas media docena de casas, la iglesia es uno de los monumentos más sobresalientes de Valderredible y, en su especie, uno de los más valiosos del norte peninsular.
El templo pertenece al rico conjunto de construcciones rupestres que se excavaron en la Repoblación aprovechando la facilidad de manipulación de la roca arenisca de la fase Wealdense del Cretácico Inferior, que aflora en grandes masas por debajo del estrato calizo del que está compuesto el sinclinal de La Lora.
La iglesia consta de una nave principal, con cubierta que pretende imitar a la bóveda de cañón, separada de una lateral más estrecha e irregular por medio de toscos pilares. El muro de la cabecera y de la portada occidental, junto a la espadaña, son de fábrica. Santa María es el fruto de diversas épocas constructivas.
Comenzó siendo una modesta iglesia de tiempos de la Repoblación de nave única con cabecera y arco triunfal vagamente de herradura-que hoy hace las veces de baptisterio-siguiendo un esquema que tuvo cierto éxito en Valderredible, en iglesias como Campo de Ebro o Cadalso.
Hacia finales del siglo XII o principios del XIII, se amplía hacia la zona del altar, regularizando el espacio que recuerda al de una iglesia propiamente románica. Con la reforma, se abriría aún otra puerta -hoy ventana- esta vez de sillería y con arco apuntado y también se erigiría la espadaña exenta, con el mismo tipo de arcos en sus seis troneras repartidas en tres pisos. En época moderna se terminaría de acondicionar el espacio de la cabecera mediante un muro de sillería con ventanal recto.
En el exterior aparecieron los restos de una necrópolis altomedieval de sarcófagos y tumbas antropomorfas excavadas en la roca de la que aún se aprecian restos desperdigados alrededor de la iglesia.
El monumento está declarado Bien de Interés Cultural desde 1985.
