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Colegiata de Cervatos

Posted in Arte en piedra, Colegiatas

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La Colegiata de San Pedro de Cervatos es el monumento más célebre de la comarca campurrriana, y dentro del estilo románico uno de los mejores conocidos de Cantabria. La importancia histórico artística de la colegiata es incuestionable y ya fue valorada el siglo pasado por los primeros investigadores del fenómeno románico. Prueba de ello es su declaración como Monumento Nacional en fecha tan tardía como 1985.

En la primera referencia escrita que se tiene de San Pedro, en un fuero fechado en el año 999 que se considera apócrifo, consta como monasterio y parece ser que como tal siguió hasta mediados del siglo XII en que se transforma en colegiata.

En la fachada aparecen dos inscripciones con fechas de 1129 y 1199 respectivamente, que se corresponden bastante bien con las dos tendencias estilísticas del edificio. Ala primera fecha hay que llevar la fábrica de loa nave, el ábside y la portada, dentro de la fase del románico pleno. Las proporciones son muy armónicas , sobre todo en lo que respecta al ábside y a la portada. El primero se divide en tres calles delimitadas por altos contrafuertes hasta la línea de imposta sobre los que descansan columnas de fuste monolítico que rematan en capiteles historiados confundidos con los canecillos. La portada se destaca del muro del mediodía mediante una estructura saliente cubierta con tejaroz. Presenta un perfecto abocinamiento que se cierra en un tímpano de gran valor artístico decorado con una maraña de entrelazos vegetales de horas pentapétalas. Por el dintel corren dos fajas decoradas, la inferior con igual motivo que el tímpano y la superior con leones afrontados. Los aleros del ábside, de la nave y del tejaroz de la portada se sostienen por un conjunto de canecillos que llaman poderosamente la atención por la extrema lubricidad de algunas de las escenas representadas.

En el interior, queda de esta primera fase románica la cabecera, con bella arquería ciega en el piso bajo  y dos originales ménsulas-capiteles sosteniendo el arco del triunfo. La bóveda de la nave es muy posterior, del siglo XV. La sacristía y el baptisterio se cubren también con una bóveda nervada, más sencilla, posiblemente del siglo XIII.

La pureza de este primer estilo románico que se fecha en 1129 se relaciona con un grupo de construcciones del norte de Palencia como Santa Eufemia de Cozuelos, no muy lejos de Aguilar de Campoo, muy al tanto de las innovaciones artísticas que se introducen por el Camino de Santiago, que atravesaba el territorio de Campoo en la ruta que unía el camino castellano con la costa del Cantábrico.

La torre se construye más tarde que el resto, posiblemente en esa otra fecha de 1199 que aparece en la fachada. Los arcos de la arquería de los dos últimos pisos ya son apuntados y remiten a modelos, nuevamente, del norte de Palencia (algunos con detalles como las columnas angulares están inspirados en la torre de la iglesia de Santa Cecilia de Aguilar de Campoo).

Se conserva una valiosa imagen de la Inmaculada, obra del trasmerano Felipe de Cuetos, del año 1673, que sigue de cerca la iconografía mariana utilizada por Gregorio Fernández.