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Lirones

Posted in Pistas estacionales

Flores02

El lirón de Valdeolea.

En el tranquilo tramo de la Cordillera Cantábrica donde se acomoda Valdeolea, el narciso silvestre recibe el nombre de Lirón. Pero esta flor resultona y llamativa es atendida en muchas comarcas y valles de toda la cadena montañosa norteña, dado que es en esta parte de la península Ibérica donde brota con más abundancia.

Aún sin ser el enclave donde es más abundante, en Valdeolea el lirón forma preciosas manchas que avisan de la primavera, en lugares bien distintos. Es más conocido en los prados húmedos de Las Henestrosas y la Quintana, donde invade muy generoso terrenos privados dedicados al uso ganadero. Pero también se da, integrado de manera espectacular, en diversos sotobosques de roble del comunal de Matarrepudio, El haya y Las Quintanillas. Y debemos mencionar  varias manchas bajo abedul, pegadas a la ribera del Camesa; el bosque conocido como Monte Mayor de Salcedillo, que nace en el puente Rojadillo, mantiene pegado al río una riqueza forestal y paisajística muy sobresaliente, la realza sobre todo la existencia de buenos agrupados de abedules jóvenes, y otros de gran edad más dispersos. El lirón se ha afincado al cobijo de este árbol plateado y convierte este paisaje de cuento en un espacio muy recomendable; estas manchas ribereñas crecen todas en terreno palentino, pero la cercanía  al límite provincial y el río compartido, hace que sean parajes que forman parte también de la identidad y la querencia de Valdeolea.

El Lirón despunta en nuestros parajes entre el 25 de marzo y el 15 de abril, estas son las fechas centrales de su floración, pero la climatología de cada año, puede mover este acontecimiento.  Además de este lirón “grande”, de manera extensa crece también en nuestros prados otra especie de Narcissus, un lironcillo o campanilla más pequeño, que suele brotar unos días antes del hermano mayor  ponderado.

Desde el Sur de Cantabria queremos hacer una reflexión, no es agresivo cortar con cuidado unos ramos, si se hace con tijera y se respeta el bulbo; esta recolección es mejor hacerla en las campas ganaderas  abiertas, y siempre si al propietario de las mismas le parece bien. En los sotobosques y en la ribera del río es mejor no cortar flores, y dejar que los procesos naturales sean protagonistas de su evolución; estos lugares son muy sensibles y la flor cumple su cometido, junto con el resto de los comportamientos botánicos y faunísticos.